#067 Loa a la competitividad. Entre Larry Bird y la Carrera espacial
“He visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto”. Larry Bird.
Hola, soy @carlosmcabo. Bienvenido y gracias por recibir y leer mi newsletter ✉️, un espacio donde describo todo lo que voy aprendiendo sobre cómo comprender mejor este mundo 🌎 y tomar mejores decisiones.
Bienvenido a Aprendizaje Lateral, comenzamos !!
De joven siempre he sido más de fútbol que de baloncesto, pero disfrutaba como un enano con las “batallas“ entre el mítico alero de los Celtics Larry Bird y Don Michael Jordan.
Tengo que reconocer que iba siempre con el número 33 de los Celtics de Boston, no sé si porque era el eslabón más “débil“ o porque la mayoría de los aficionados iban con el mítico icono del baloncesto.
Me decanto más por considerarme un fiel seguidor de las “hermanitas de los pobres“, que por ir siempre a la contra, aunque tampoco lo descarto.
Hoy vamos a comenzar con un par de preguntas tontas:
¿Hubiera enganchado el baloncesto en la época de los años 80-90 a tanta gente sin la competencia entre ellos dos?
¿Hubiera alcanzado Larry Bird su máximo nivel si no hubiera coexistido con “Dios disfrazado de jugador de baloncesto” como él mismo dijo?
“He visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto”. Larry Bird.
Photo by Abhishek Chandra on Unsplash
Esto me lleva a una de la frases de Antonio Escohotado y que es el centro de la entrada de hoy:
“La competencia es la forma más suprema de cooperar”. A. Escohotado
Una afirmación contraintuitiva, pero que vamos a dedicarle un rato de reflexión.
Si nos vamos a la R.A.E., “cooperar“ se define como “obrar juntamente con otro u otros para la consecución de un fin común”.
Para acercarnos a esta definición del pensamiento de A. Escohotado, es necesario cambiar el foco y centrarse en el “fin común”, más que en el “obrar conjuntamente“, que es donde solemos mirar.
Casi siempre asociamos la competencia a la individualidad. Y con razón. Sin embargo esa “individualidad“ no siempre tiene que ser negativa, ni excluyente.
Normalmente la competitividad se encuentra asociada a la consecución de un objetivo individual a expensas de otra persona, convirtiéndolo en un juego de suma 0 o juego no cooperativo.
Yo lo consigo a expensas de que tú no lo consigas.
Para entender la competencia como un modo supremo de cooperación es necesario modificar el enfoque y, moverlo desde la consecución de un objetivo individual y acotado, a la consecución de un objetivo más elevado y colectivo (fin común).
Si, la competencia para alcanzar un objetivo más elevado y colectivo.
¿Hubiera tenido el baloncesto el auge que tuvo sin la competencia entre Larry Bird y Michael Jordan?
¿Que es más importante? Larry Bird, Michael Jordan o el baloncesto. Piénsalo.
Cuando situamos el foco en el beneficio del baloncesto, dejamos de lado el individualismo de saber quien ganó, si Larry Bird o Michael Jordan.
Este ejemplo lo podemos llevar a otros más cercanos como la lucha entre Rafael Nadal y Roger Federer en el tenis, o algunos más lejanos, como la competencia entre EE.UU y Rusia por la “Carrera Espacial“ que nos llevó por primera vez a poner un pie en la luna.
Este cambio de mentalidad no es fácil, dado que conlleva dejar de ser (nosotros) el centro del proceso; el fin de todo en esta vida, para centrarnos en un propósito más grande y que sitúa más allá de nosotros.
Convertimos el juego de suma 0, en un juego de suma positiva, donde agrandamos el pastel y alcanzamos metas nunca antes imaginadas. Ni para nosotros, ni para la sociedad.
Cambiar la mentalidad y buscar un fin común más elevado hace de la competencia un juego de suma positiva.
Son varias las barreras para alcanzar este cambio de mentalidad y poder ver la competencia de un modo positivo.
Una de estas barreras es la comparación.
Normalmente,
No queremos “ser mejores”, queremos ser “mejores que“.
No queremos “tener“, queremos “tener más que” o,
No queremos “disfrutar“, queremos “disfrutar más que“.
Un juego donde nunca llegaremos a alcanzar la meta en primer lugar.
Otra de las barreras es el ego.
Dejar de buscar un objetivo individual a corto plazo, por un objetivo común a largo plazo es vital en este proceso y, hay momentos donde tenemos que decidir entre ser “cola de león o cabeza de ratón”.
Habrá que ir terminando
La competencia requiere centrarse en dar tu 100%, sin comparaciones. Requiere sacar lo mejor de ti mismo para alcanzar un fin común, despegándote del ego y compitiendo para facilitar que ese fin se consiga.
Y en ese proceso de alcanzar tu 100%, en ese proceso de competir para alcanzar ese fin, tus “competidores“ te ayudarán en el camino.
Tus “competidores“ te llevarán a ser mucho mejor que serías si no existieran. Extraerán lo mejor de tí y por consiguiente, la sociedad se beneficiará de ello. Aunque haya veces que tú no serás el “ganador“ de la partida.
Si lo analizamos a través de la vía negativa, tendríamos que pensar qué pasaría si no existiera competencia. Qué pasaría si no hubiera un “espejo“ frente a nosotros que nos incitara a extraer lo mejor de nosotros mismos.
Pensar cómo sería el mundo sin competencia.
Hasta ahora nos hemos basados en un fin común y en un sujeto individual u organizacional privado. Sin embargo, este cambio de mentalidad puede llevarse a sujetos más grandes y públicos. Piénsalo.
Para terminar, nada mejor que dejar algunas preguntas tontas abiertas. Quién sabe si para otra próxima entrada:
¿Qué otros sistemas podrían mejorar si hubiera una mayor competencia?
¿Qué prefiero “mi fin“ o “el fin“?
Sé que habrá personas que prefieran colaborar a competir. Habrá personas que vean la competición de una manera asimétrica e injusta.
Ni todo es blanco o negro, ni nadie tiene el mapa completo. La competición es simplemente simplemente es Es una de las bases de nuestros avances como sociedad, pero no el único.
Se aceptan críticas y comentarios.
Como siempre, muchas gracias por llegar hasta el final.
Muchas gracias ♥️ por acompañarme en este camino de aprendizaje lateral.
Si quieres colaborar, ayúdame a difundir esta newsletter y compártela con tus amigos.
Y si has llegado a esta newsletter por casualidad y quieres recibir en tu correo la próximas entradas, no dudes en subscribirte, juntos navegaremos entre la parálisis por análisis y la mejora continua.