#038 Una Reina, un Gato y el valor de nuestro tiempo
Alicia, corriendo sin parar, arrastrada de la mano por la Reina Roja, que gritaba “más rápido!¡más rápido!”, pensó “¿me pregunto si las cosas se están moviendo con nosotros?“ y la Reina, adivinando sus pensamientos, le gritó: “¡Más rápido, no trates de hablar!”… cuando pararon un momento “Alicia, sorprendida, miró a su alrededor:
— ¡Creo que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que estaba!— ¡Por supuesto! — dijo la Reina — ¿Cómo iba a estar?
— Bueno, en mi país — dijo Alicia, aún jadeando —, si corres tan rápido durante tanto tiempo, sueles llegar a algún otro sitio…
— ¡Un país bastante lento! —replicó la Reina—. Aquí, hay que correr todo lo posible para permanecer en el mismo lugar. Para llegar a otro sitio hay que correr el doble de rápido.”
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Bienvenido a Aprendizaje Lateral, Comenzamos !!
La hipótesis de la Reina Roja fue planteada en 1973 por Leigh Van Valen, biólogo evolutivo en un artículo titulado “Una nueva ley evolutiva”.
De nuevo volvemos a la ecología.
Leigh Van Valen planteaba el principio según el cual:
“Las especies deben cambiar continuamente para compensar las pérdidas de eficiencia competitiva derivadas de la evolución de otras especies, tratando así de evitar extinguirse”.
Dicho en otras palabras, todo evoluciona en los ecosistemas, en las empresas o en la vida y, o evolucionas con ella, o te estancas, viendo cómo el resto evoluciona y se aleja de tí.
O eso dicen.
El nombre de esta hipótesis fue tomado de libro Alicia a través del espejo de Lewis Carroll donde los habitantes del país de la Reina Roja debían correr lo más rápido posible, solo para permanecer donde estaban, pues el país se movía con ellos.
Esta hipótesis es la base de un gran número de estrategias empresariales y personales. En muchas ocasiones una empresa simplemente triunfa porque llegó primero, no por ofrecer los mejores productos o servicios. De ahí la importancia del “Timing”.
Pero esta entrada no quiere tratar el tema de la mejora continua, ni la carrera por la innovación.
Se quiere ver la hipótesis de la Reina Roja como metáfora del uso del tiempo.
Correr el doble para estar en el mismo sitio.
En la entrada #026 Sobre Eisenhower, el fracaso consciente y la procastrinación, se introdujo el libro “4.000 semanas, gestión del tiempo para mortales”, donde 4.000 son el número de semanas que tenemos de media para disfrutar de toda nuestra vida.
Esas semanas las podemos pasar a días, y los días a horas para saber el número medio de horas que podremos disfrutar a lo largo de nuestra vida.
Ahora que sabemos las horas que tenemos, o las que nos quedan (según la edad que tengamos), es buen momento para decidir a qué queremos dedicarlas.
Para ayudar en esa decisión, conocer su coste puede resultar interesante.
En la entrada #006 Recortando a Naval al estilo Burroughs, resumimos el libro “El Almanaque de Naval Ranikant”, donde se sugería que se establecieras una tarifa personal horaria a la que aspirases. Y si solucionar un problema supone un ingreso menor a tu tarifa, lo mejor sería ignorarlo.
Al igual que se calculan el coste de un trabajador, podríamos calcular nuestro coste/hora vital.
Ese coste puede estar expresado en monedas, pero también puede ser un coste “emocional” o con algún otro baremos con el cual podamos saber “objetivamente”, que esa acción o esa hora ha merecido la pena para nosotros.
Una vez elegida la “moneda” y volviendo a Naval Ravikant, se podría decir que:
“Si una situación u hora en tu vida, no cumple con tu “mínimo coste/hora vital”, es hora de cambiarla”.
De esa manera, el dinero no iría destinado a comprar cosas materiales o experiencias sin más, se dedicaría a comprar activos que superen tu “mínimo coste/hora vital”.
Según el estudio “Ganar tiempo fomenta la felicidad” (Buying time promotes happiness), en las últimas décadas, los ingresos han aumentado en muchos países si bien, las personas con mayores ingresos declaran una mayor escasez de tiempo, y sufren por ello.
En el estudio se demuestra cómo los adultos trabajadores de distintos estratos socioeconómicos declaran una mayor felicidad o satisfacción vital después de gastar dinero en compras que les ahorra tiempo, más que en la compra de algo material.
Otro estudio del psicólogo Daniel Gilbert, de la Universidad de Harvard titulado “If Money Doesn't Make You Happy Then You Probably Aren't Spending It Right” (Si el dinero no te hace feliz, es que probablemente no lo estés gastando de la manera correcta), describía que “Gastar dinero en ayudar a otros aportaba más felicidad que gastárselo para uno mismo”.
Hoy es cortito
Encuentra tu “mínimo coste/hora vital” y gasta todos tus euros en activos que lo superen. Si algo no lo supera, pasa al siguiente.
Ni el tiempo, ni el recurso es infinito, y se ha demostrado que gastar dinero en ganar tiempo es una buena forma de incrementar su satisfacción, al igual que gastar dinero en ayudar a los demás.
Con este nuevo enfoque, es hora de revisar y redefinir ese mínimo coste/hora vital, porque como bien decía el gato de Cheshire en Alicia frente al espejo:
“Si no sabes a dónde vas, cualquier mapa te llevará”,
o en nuestro caso,
“Si no conoces el coste de tu tiempo, cualquier distracción se llevará una gran parte de tus ganancias”.
Como siempre, muchas gracias por llegar hasta el final.
Ahh, una pregunta tonta: ¿Has podido pensar cuánto vale para tí una hora en Tik Tok o Instagram? Ahora, que ya tiene la respuesta, ¿Supera tu mínimo coste/hora vital? Piénsalo.
Referencias
#026 Sobre Eisenhower, el fracaso consciente y la procastrinación: enlace
4.000 semanas, gestión del tiempo para mortales: enlace
#006 Recortando a Naval al estilo Burroughs: enlace
El Almanaque de Naval Ranikant: enlace
Ganar tiempo fomenta la felicidad” (Buying time promotes happiness): enlace
If Money Doesn't Make You Happy Then You Probably Aren't Spending It Right” (Si el dinero no te hace feliz, es que probablemente no lo estés gastando de la manera correcta): enlace
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