“Hay veces que cambia el contexto, hay veces que cambiamos nosotros y hay veces que hasta cambiamos los dos”.
Del tema que vamos a hablar hoy hay tantas definiciones, que mejor me hago yo la mía.
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Bienvenido a Aprendizaje Lateral, Comenzamos !!
Terminamos la última entrada con la frase de Eduardo Punset:
“Ver las cosas con perspectivas, te hace ver la perspectiva de las cosas".
Alejarte puede ser útil para ver el mapa en todo su contexto.
Tu relación con la vida, las relaciones personales, el trabajo y/o las organizaciones siguen procesos de cambio continuo.
Digamos que hay veces el mapa se mueve, otras veces te mueves tú y hay momentos que tanto el mapa como tú, modificáis vuestra posición absoluta.
Ya se han introducido algunos conceptos relativos a los sistemas y, cómo uno de los sistemas por antonomasia, los ecosistemas, se van adaptando a las condiciones del entorno, adoptando estrategias “r“ (gran número de descendientes con poca inversión por individuo) o estrategias “K“ (pocos descendientes con una elevada inversión por individuo), en función de las condiciones ambientales de cada momento.
Al igual que las especies modifican sus estrategias reproductivas en función del contexto, nuestro modo de pensamiento también puede verse modificado.
Ya he hablado también de mi disonancia cognitiva entre “generalista“ y “especialista“ y cómo pensando en muchas ocaciones que el perfil especialista es el que genera un mayor valor, me paso gran parte de mi trabajo siendo un perfecto generalista.
Y puede que no sea tan mala cosa.
Hoy vengo a tratar de resumir en un pequeño puñado de palabras, dos de los tipos de pensamientos que están relacionados con esa disonancia cognitiva que me llena la cabeza.
Pensamiento estático y pensamiento dinámico.
Se entiende como pensamiento estático, aquel que se produce cuando pensamos dentro de un área concreta.
Es el pensamiento que utilizamos cuando tenemos conocimiento profundo de una situación “no cambiante“ (o no mucho) y aplicamos este conocimiento para ejecutar una acción concreta.
Dos adjetivos que le vienen bien al pensamiento estático son la profundidad y la precisión. Adjetivos que le irían muy bien también a los “especialistas”.
Digamos que si tengo que operarme, me gustaría que el cirujano tuviera este tipo de pensamiento y supiera exactamente cómo ejecutar la operación.
Sobre el pensamiento dinámico he encontrado varias definiciones. Por un lado se puede considerar pensamiento dinámico:
Aquel pensamiento que tiene en cuenta el contexto, que acepta que una determinada situación proviene de un momento pasado y se dirige hacia un momento futuro.
Digamos que en este caso, el cirujano debería decidir si mi operación sería lo más recomendable para mi edad, mi estado, mi progresión, o simplemente si pueden existir complicaciones asociadas que no están muy definidas.
También puede ser útil para evaluar las actitudes personales. Melonazo.
Si analizásemos una actitud mediante el pensamiento estático, consideraríamos esa actitud como su “absoluto“, mientras que si adoptamos un pensamiento dinámico, veríamos que esa actitud está derivada de su contexto actual y que él no es su actitud.
Podría hablar de su actitud como “relativa“ Todos nos comportamos de manera diferente en función de quien tengamos en frente.
Otra cosa que esa actitud vaya con él desde los inicios. En ese punto habría que plantearse el análisis.
Otra definición de pensamiento dinámico lo ofrece un estudio sobre la resolución de problemas en alumnos de matemáticas (dejo el enlace en el apartado de Referencias):
El pensamiento dinámico implica identificar grados de libertad en los estados mentales. Estos grados de libertad permiten cambios de perspectiva, cambios de contexto, cambios de contenido, etc.
Esta definición se basa en parte en la anterior, añadiendo alguna diferencia interesante.
Según el estudio, los pensadores dinámicos, al entender que los problemas se encuentran en contextos determinados, los visualizan como un sistema complejo, un sistema donde las dinámicas subyacentes no son de causa-efectos y, donde modificar una pieza puede arreglar el problema completamente, o colapsar del todo el ecosistema.
Además, esta definición me lleva a pensar que el pensamiento dinámico ofrece mayores posibilidades de modificar nuestras percepciones y formas de pensar. Los grados de libertad nos permiten cambiar si el contexto cambia, y/o buscar nuevos territorios en el mapa, lo que lo hace interesante para procesos de incertidumbre.
Aborda no solo el problema, sino en muchas ocasiones, el factor humano que hay detrás del mismo, así como aspectos “indirectos” que permiten reorganizar la dinámica del sistema.
También hablamos en la pasada entrada que son los sistemas los que aprenden, ya sea por mejora de los individuos que lo componen, las situaciones, las propiedades emergentes o simplemente por vía negativa. Eliminando aquello que sobra,
Mediante el pensamiento dinámico se pasa de los conceptos absolutos del ”bueno” o “malo”, a conceptos relativos de “mejor” o “peor”, llenos de movimiento y evolución.
Una tercera definición encontrada sobre pensamiento dinámico aborda no el contexto, sino la unión entre disciplinas.
Se puede decir que:
El pensamiento dinámico se da cuando pensamos con fluidez entre dos o más disciplinas concretas, siendo capaces de transferir conocimiento y experiencia de una a otra, volviéndonos mejores en cada una de las disciplinas por separado.
Ojo, se puede ser bueno en dos disciplinas concretas por separado sin que haya transferencia de conocimiento y experiencia. En este caso, no estaríamos hablando de pensamiento dinámico.
Un claro ejemplo de este tipo de pensamiento se le atribuye a Galileo Galilei, astrónomo, ingeniero, matemático y físico italiano. Se dice que fue capaz de identificar montañas en la luna al descifrar los patrones de luz y oscuridad en la superficie lunar gracias a su experiencia en la pintura y el dibujo.
Este tipo de pensamiento te lleva al cambio y a la innovación. Te lleva a unir puntos que nunca se había unido.
Y como en muchas ocasiones la cantidad mejora a la calidad, cuando más puntos conozcas, más conexiones alcanzarás. Siguiente disonancia a trabajar.
Puede también hacerte buscar constantemente un cambio en el “statu quo”, existente lo que puede llevar a mover el árbol y que caigan muchas manzanas, algo que no suele gustar mucho.
Habrá que ir terminando
Pese a todas las definiciones, la disonancia cognitiva sigue ahí, entre la precisión y la adaptación al contexto.
Lo que sí queda claro es que no hay un pensamiento mejor que otros. Cada pensamiento es bueno en un momento y una situación concreta. Conocer sus características y si es posible aplicarlas nos permitirá abordar situaciones de la mejor manera posible.
Eso sí, para tener puntos que conectar, hay que crear esos puntos y eso lleva “hacer cosas”.
“Haciendo cosas, suceden cosas“.
Y si pueden ser disciplinas diferentes, seguro que te harán mucho mejor “especialista“, del área que sea.
Muchas gracias como siempre por llegar hasta el final, espero que entendáis este post dentro de su contexto de aprendizaje.
Ahhh, y una pregunta tonta: Si un abanico se abriera en función del número de áreas diferentes donde has hecho cosas. ¿Cuántos grados de apertura tendría?.
Referencias
#035 Ecología, sistemas complejos y la teoría de la RANA (I): enlace
Dynamic Thinking and Static Thinking in Problem Solving: Do they Explain Different Patterns of Students’ Answers?: enlace
#050 De la inteligencia a la intelligentsia de Jugarse la Piel: enlace
Galileo Galilei: enlace
Muchas gracias ♥️ por acompañarme en este camino de aprendizaje lateral.
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